La Realidad Virtual es una herramienta que puede beneficiar y complementar nuestras clases de una manera inimaginable. ¿Se imaginan que yo, como maestra de español, lleve a mis alumnos a una obra de teatro en Broadway o a un museo en Inglaterra?.
Esta tecnología nos acerca más a nuestros alumnos y a ellos los acerca mucho más al mundo en el que viven.
Recordemos que es recomendable que los niños menores de 8 años no utilicen la realidad virtual, y menos sin supervisión de un adulto.
Debemos planear nuestras sesiones sin exceder el tiempo de 20 minutos (recomendado), ya que podría provocar mareos o alguna afección.
Si queremos conseguir una experiencia total, creemos una estrategia que nos permita capturar al alumno, y pensando siempre de lo menos a lo más. Empecemos por algo relajado para ir llevando nuestra aventura al máximo.
Los visores VR pueden conseguirse fácilmente, incluso lo podemos hacer con materiales que tenemos en casa. Lo importante es conocer las medidas exactas y los elementos básicos para hacerlo.
Como toda experiencia, tiene algunos riesgos, mínimos, pero no dejan de serlo. Debemos verificar que el espacio en donde trabajaremos la experiencia de VR sea totalmente seguro, de preferencia cerrado, y si no, procurar no desplazarnos de forma riesgosa. El uso de estos dispositivos no son recomendables para personas con afecciones cardiacas o del sistema nervioso.
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